
La palabra "té" no se
deriva del mandarín, sino del dialecto chino amoy t`e (pronunciado
"tai"). De acuerdo con la leyenda china, el emperador Shen Nung
descubrió esta bebida cuando tomaba agua a la sombra de un árbol silvestre, que
se mecía cadenciosamente con los aires de primavera. Casualmente unas hojas
cayeron en la olla del monarca y este bebió la infusión, se sintió reconfortado
y con una especial sensación de bienestar. Así...